Por: Carlos Alazraki

Estimado Manlio:

Antes de dedicarte mi carta semanal, quiero unir mi sentimiento de enojo y tristeza para solidarizarme con los franceses; sentimiento que todo el mundo comparte. Lo que ocurrió la semana pasada en París es otra muestra de la bestialidad de algunos terroristas que, a nombre de Dios, se dan el permiso para matar a gente inocente sin importar las edades. Todo porque la gran mayoría de la humanidad no coincide con ellos.

Lo lamentable de este asunto es que va a suceder lo indeseable: responderle a los islamistas radicales con la misma moneda. Ya sabes… “La violencia genera más violencia…”. En fin, mi querido Manlio, así estamos en el mundo… ¡Qué pena!

Regresando a tu carta: Fíjate que la semana pasada leí unas declaraciones tuyas en las que criticabas al PAN y a Morena porque estaban aprovechando sus tiempos oficiales para promover la imagen del presidente del PAN y la del dueño y presidente del Consejo de Morena.

Yo creo que en esencia y políticamente hablando tienes toda la razón. Utilizar la marca de una empresa para posicionar a su director general, dueño o presidente no es lo más recomendable en la mercadotecnia moderna, sobre todo porque se llega a saturar la imagen del personaje, porque en un corto plazo su mensaje se vuelve soso, aburrido, intrascendente y repetitivo.

En pocas palabras… de hueva… En la historia de la mercadotecnia privada no existe ninguna campaña exitosa promovida por un presidente. Como en todos los casos, hay una excepción: La de Lee Iacoca, presidente de Chrysler en la década de los setenta. Lee estuvo como figura principal un año en los medios, fue el protagonista de los anuncios de Chrysler en todos los medios durante un año. Sí, Manlio, un año nada más, y supongo que me preguntarás ¿por qué solamente un año? La respuesta es fácil: ¡porque el público ya estaba hasta la madre de verlo!

Él inició su campaña reconociendo que Chrysler era un desastre, que la invasión japonesa les afectó tremendamente y que había que levantar el orgullo americano con una nueva visión de sus empleados y bla bla bla. La campaña fue un éxito y Lee Iacoca una superestrella. Un año… Hasta que la realidad los alcanzó. Un mediocre cuarto lugar (igual que el de un partido que conoces…).

Eso sí, Manlio, tengo que reconocerte que sí sacó de la quiebra a Chrysler hasta que se retiró. Como empresario que soy, siempre reconoceré el gran esfuerzo que hizo Lee. Ha habido otros ejemplos, como el del general “dueño” del Kentucky Fried Chicken que sale en sus anuncios, pero tampoco nada relevante. Eso es en el sector privado. En el sector público la regla a nivel conceptual es la misma, pero, a diferencia del sector privado, que tiene que vender sus productos día a día, el PAN y Morena venderán sus productos hasta julio de 2018.

Por tanto, lo que digan o dejen de decir en 2015, 2016 o 2017 al público electoral le vale absolutamente madres. Así que, mi querido Manlio, no te preocupes, para la próxima elección presidencial, dentro de tres años, habrá un mínimo de cuatro candidatos. Y si esos cuatro o cinco aspirantes tienen carisma… el próximo presidente ganará con un 32 por ciento aproximadamente.

Y si se divide la izquierda, como suponemos hoy, y se divide con dos candidatos con una gran personalidad, uno más joven y galán que el otro… Tú dirás…

No te preocupes, Manlio… Falta mucho. Y si yo fuera tú, les echaría porras para que sigan con esa estrategia… De nada les servirá dentro de tres años.

razon@alazraki.com.mx

Deja un comentario