Que renuncien todos los del Movimiento Progresista

Alexia Barrios G.

El PRI no ganó espectacularmente como muchos esperaban. Las izquierdas no perdieron como era la tendencia general desde 2006. El PAN, en cambio, sí perdió mucho, empezando por su desdibujamiento ideológico.

Sin embargo, las izquierdas no saben ganar y les fascina reproducir la cultura de la derrota y echar por la borda el poder legítimamente adquirido en las urnas. Eso es lo que se observa ahora con la actitud poco racional para echar a sus seguidores a las calles y a insultar despiadadamente al ciudadano que no votó por ellos.

Por eso, sugiero que en un acto de congruencia con ese dicho de Andrés Manuel López Obrador, tengan a bien considerar que ningún legislador federal del Movimiento Progresista electo en esta elección ni en donde hayan ganado sus gubernaturas y alcaldías, asuman el cargo por “ilegítimos”, “inmorales” y “productos de una elección fraudulenta”.

Para argumentar esta propuesta, recupero a uno de los ideólogos históricos del PRD y más reconocidos académicos de la UNAM, Adolfo Gilly, quien el 8 de julio de 2006, muy lúcido, en el izquierdista diario La Jornada escribió una sugerente idea: la crisis constitucional. Así lo apuntó entonces y hoy cobra gran validez:

En tal caso, y con las indispensables pruebas de la manipulación o del fraude que denuncian, el PRD y sus aliados pueden impugnar toda la elección por la vía de los hechos jurídicos: si la votación presidencial ha sido manipulada y sus cifras son falsas, las de todas las otras elecciones concomitantes (seis papeletas en total) también lo son.

En consecuencia, tienen el recurso y el derecho legales de no tomar posesión de sus cargos (senadores, diputados, jefe de Gobierno, jefes delegacionales, asambleístas) hasta que un conteo imparcial conceda credibilidad y legitimidad a la elección de presidente. Y a ver cómo le hacen para gobernar si quienes fueron elegidos por esa marea electoral no aceptan someterse a las manipulaciones y las trampas.

Es un recurso extremo, legal, inatacable y no violento. Se llama crisis constitucional, que es precisamente el punto en el cual estamos.

Por eso, pienso, el candidato del PRD para la ciudad de México tendría que haber declarado en suspenso la aceptación de su constancia como jefe de Gobierno de esta ciudad hasta que se dilucide la elección presidencial. El festejo realizado sin atender a lo que está ocurriendo con esta elección me parece impropio. Y lo mismo digo para otros cargos electivos resultantes de estos comicios.

Para que el pueblo sienta que puede movilizarse a fondo en defensa de su voto, de sus derechos ciudadanos y de sus candidatos, tiene que ver que éstos están convencidos, se empeñan en la lucha con el mismo vigor y, de verdad, se la juegan con ese pueblo que los votó.

Lo demás es humo de palabras, negociación de trastienda y amargo desaliento de quienes, una vez más, creyeron.

¿Estarán dispuestos los electos del PRD y sus aliados a ponerse a la cabeza de la protesta popular y, como prenda, poner sus constancias de mayoría sobre la mesa? Es lo que nunca quisieron hacer, salvo alguna aislada excepción, los electos del FDN en 1988. ¿Están dispuestos los electos del 2006, con el respaldo de la indignación y también la amargura popular, a jugársela en serio?

Y remató contundente, el Maestro Gilly:

Lo que haya de verse, se verá. Pero si no se ve, como en la campaña no se vio, después no digan que el pueblo no responde.

Además, esta idea no es descabellada, porque el propio Andrés Manuel López Obrador lo ha puesto en práctica en su natal Tabasco, en 1994 cuando pidió a todos sus legisladores locales electos renunciar por considerar que la elección había sido “fraudulenta”.

Juan José Rodríguez Prats, el ahora militante del PAN, pero quien entonces era un aliado de AMLO, recordó este episodio en una entrevista el 19 de junio de 2009 con el conductor y concesionario de la XEVT, Jesús Sibilla, primo de uno los más cercanos a López Obrador, Octavio Romero Oropesa. Pero además, el polémico panista, quien creció políticamente junto con AMLO en Tabasco, apuntó una tesis poco explorada hasta ahora: los motivos de la derrota de las izquierdas en 2006. Dado que tienen valor histórico para los biógrafos del ex candidato presidencial, lo reproducimos tal cual:

Juan José Rodríguez Prats: Si, totalmente de acuerdo Chuy, por eso decimos hay un problema, mira esta discusión yo la tuve en alguna ocasión con Andrés Manuel López Obrador, yo creo que Andrés Manuel no aceptó ser presidente…

Jesús Sibilla: (Risas)…

Juan José Rodríguez Prats: Si, sí, yo tengo eso y se lo he dicho, Andrés Manuel no quiso ser presidente, hizo todo para no ser presidente, Andrés Manuel no sabe ser autoridad, Andrés Manuel sabe ir al mitin de pueblo y pronunciar discursos ‘incendiarios’ es eso lo que sabe hacer y discursos llenos de odio y de discordias, no hay propuestas, Andrés Manuel sabe que de llegar al poder él falla, él quiere terminar como mártir…

Jesús Sibilla: Por lo regular a la oposición le cuesta mucho trabajo ser Gobierno…

Juan José Rodríguez Prats: Si, sí, no, pero Andrés Manuel lo hace adrede, en toda su campaña tenía 20 puntos arriba y los perdió en la campaña, y velo como está en su discurso, él sufrió ser jefe de Gobierno…
Regresando al momento actual. Sinceramente, aunque AMLO se los pidiera NADIE renunciará a sus cargos de elección del 1 de julio.

Nadie lo hará porque todo es mera retórica. Mucha narrativa del “fraude” e “imposición”, del “pueblo pendejo”, “del masoquismo colectivo” y del “pueblo corrupto”. Al final, todos aceptaran el resultado aunque no les acomode.

Ayer, en Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, cuya incorporación al PRD se debió gracias a López Obrador pero en su actuar está más cercano a los Chuchos y a Marcelo Ebrard, respondió al conductor Juan Carlos Huerta de Grupo Acir que si se confirma el triunfo de Enrique Peña Nieto “él será presidente de todos los mexicanos y yo gobernador de todos los tabasqueños”.

También Graco Ramírez Garrido Abreu, triunfador de la gubernatura de Morelos, y como lo he dicho, el que sacó a AMLO del PRI y lo metió al FDN, informó que trabajará en coordinación con el próximo gobierno federal para combatir el crimen organizado y la delincuencia que actualmente se vive en la entidad.

Como bien lo observó Federico Arreola en su columna, el próximo jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, a partir del discurso “de la victoria” de Enrique Peña Nieto, se entiende que ya hablaron.

A todo esto hay que decir que es normal, natural y hasta sano que así ocurra, porque un régimen como el mexicano si no hay diálogo entre gobernantes y el presidente de la República, hay crisis, no hay recursos y quien padecería todos los males seríamos los gobernados.

Por todo lo anterior, la propuesta sigue en pie y espero algún valiente que diga: yo sí renuncio a mi diputación, mi senaduría, mi gubernatura, mi presidencia municipal, mi regiduría o mis prerrogativas del IFE o algún otro órgano electoral.

APOSTILLAS: Reforma lo pone muy bien este día sobre la próxima Telebancada: “COMO EN la ruleta, la bolita sigue corriendo y aún está por definirse quiénes sí y quiénes no llegarán al Senado por la vía plurinominal. LOS CÁLCULOS hasta ahora indican que el directivo de Grupo Salinas, Tristán Canales, no ocupará un escaño. SIN EMBARGO la telebancada puede respirar tranquila, ya que sí llegarían Ninfa Salinas, hija del dueño de Tv Azteca; y Arely Gómez, hermana del director de noticieros de Televisa. TAMBIÉN se prevé que se convierta en senador Alejandro Puente, quien formalmente es el dirigente de los cableros pero en los hechos es el fiel escudero del duopolio televisivo”.

alexiabarriossendero@gmail.com

Deja un comentario